En el contexto lúdico de Seattle Center's Festival, el artista Dan Corson nos muestra un ejemplo de ecoresponsabilidad medioambiental fusionado con arte. Se trata de un grupo de 5 gigantescas flores en crecimiento que se encargan de captar la energía del sol para en la noche servir de luminarias.
Las flores cuentan con un sistema que permite encenderlas y emitir sonidos armónicos con el movimiento de las personas y cada uno de estos sistemas esta independizado para funcionen indistintamente.
Toda esta puesta en escena es sin duda un ejemplo de alternativas sostenibles para el tema de electricidad.
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