30 000 tapas de botella fueron necesarias para lograr la decoración realizada en esta casa ubicada en la aldea Kamarchaga en Rusia. Patrones decorativos tradicionales son los que recreo su creadora, Olga Kostina, una jubilada rusa con el afán e interés de personalizar su vivienda intentando darle un vuelco ecoresponsable a sus diseños.
Un proyecto sostenible, bastante particular y agradable que ya muchos pueden estar pensándolo quizás no
para toda su casa, pero si para algún lugar especial en ella.
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