Un departamento
que ha tomado su original y antiguo edificio para cambiar la cara de materiales
antiguos y algunos viejos con la finalidad de dar vida a un espacio moderno cuya
repotenciación vaya de la mano con una considerable disminución en la adquisición
de materiales que conlleven al consumo (muchas veces excesivo) de materia prima,
lo que termina por evitar que el equilibrio del planeta y su ecosistema
continúe viéndose amenazado.
Este
pequeño espacio cuya arquitectura data de 1900 está ubicado en Stadshen y su
trabajo de remodelación consistió en crear una armónica fusión entre lo antiguo
y lo nuevo. Los 65 metros cuadrados con los que cuenta se llenan de luz gracias
al blanco predominante que a la vez sirve de lienzo de presentación para el
ladrillo a la vista.
Salón y cocina, una muestra de la fusión entre la modernidad del blanco aplicado a todo: Muros, Piso y Muebles; con el natural y rustico ladrillo original reutilizado.
Mesa de comedor en madera de dos tonos, hace juego con el muro de ladrillo a la vista y contrasta el blanco del ambiente.
Un salón sencillo pero agradable, con la mes de centro reciclada.
Muebles antiguos vuelven a la vida convertidos en excelentes piezas decorativas.
La cocina, pequeña muestra los muros de ladrillo a la vista, y aunque se ve realmente hermoso tengo la duda sobre el mantenimiento de esta al momento de cocinar, sobre todo si nos gusta disfrutar de muchas comidas entre amigos o familia.
Un rincón de trabajo magnífico no solo por su ubicación si no también por las dos piezas que lo conforman, ambas antiguas y muy bien aprovechadas.
El piso original del edificio se ha mantenido intacto.
Una cama cuya cabecera además de crear el contraste para el blanco predominante, es una ventana reciclada.
Finalmente el plano de este pequeño pero acogedor departamento.
Un departamento lleno de luz, amplio a pesar de
ser en realidad pequeño y sobre todo muy acogedor.
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