Inspirado
en la lectura de Julio Verne, el ingeniero electrónico suizo Raphaël Domjan
consiguió después, de una ardua búsqueda de subvención, hacer el catamarán más
grande del mundo con 31 metros de largo, impulsado íntegramente a energía solar.
En trabajo conjunto con la industria
inmobiliaria alemana Ströher, el barco inició su primer viaje en setiembre del 2010
de Mónaco y arribó al lugar de origen después de aproximadamente 600 días de
navegación alrededor de todo el planeta.
Con
esta aventura, que además fue una constante investigación y prueba de que con el
conocimiento y tecnología del equipo conformado para la navegación, es posible generar
energías renovables que sirvan además para proteger el planeta.
Con
537m2 de paneles solares, el Planetsolar llega a producir de 500 à 600 kw/hora
lo que sirve para cubrir un máximo de 300 kilómetros y la velocidad es casi la
de un barco a vela porque el motor tiene la potencia de una moto scooter.
A
bordo todo funciona gracias a la energía solar, desde el motor, pasando por
las computadoras y hasta el sistema de agua caliente.
La
construcción del barco demoró casi un año y medio y costó 15 millones de euros,
solamente un poco más que una nave convencional de estas dimensiones.
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